viernes, 4 de noviembre de 2011
Divagando
Una vez más mis expectativas dasafinaron y la realidad cobró el valor que se le debía. Realidad como término común, general, no despreciable. Esa que hay que tener en cuenta, que no queda más remedio que afrontar. La que cada mañana te golpea como la lluvia cuando violentamente guiada por el viento, te explota en la cara, te empaña la frente, te nubla la vista, y te despierta de tu ensoñación. No, no vas a salvarte. No habrá un bonito final, la fantasía ha caído por su propio peso, la noche te envuelve de nuevo, y sabes, que esta vez es para quedarse.
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La noche no suele quedarse de forma permanente. La Realidad es muy fuerte... pero las Fantasias también. ¿Qué sería de nosotros si perdemos aquello que nos hace especiales?
ResponderEliminarLa realidad es más o menos la misma para todos. Los sueños y las fantasias no =)