domingo, 20 de marzo de 2011

¿Qué es?

Si me acerco dos pasos, tu das uno atrás.
Si retrocedo un poco, un frío barroco, se cuela por la ventana.
Y de ti no sé nada hasta mañana,
se instala en tu piel, mi piel.
¿Dime, qué es?

Te quiero. Sin frío, sin miedo. De todas las formas que puedo.
Te quiero. Sincero.
El corazón
entero
me juego,
por verte respirar o susurrar,
por verte amar.
De verdad.
Y tú no puedes
o no quieres. Una vez más

¿Dime qué hay? Que puedo hacer, hazme saber
que camino debo escoger.
Que hace tiempo lo dejé de entender.
Dime qué hay. Tu sigues el tuyo, subida en tu orgullo
y dejándome atrás.
¿Es esto lo que he venido a buscar?

No sé, quizás es igual.
Si subo, si bajo, si me quedo atrás.
Si quieres volver a empezar.

Quizás es igual, parar y pensar
saber que ahora, todo esto no va.
Un pasatiempo, no más.
Vivir el momento
total, ¿Qué más da?

Si llega mañana, y al subir la persiana
el Sol ya no está.
Si llega mañana, y no suena mi nana
cuando te vas a acostar.
Y no duermes y despierta, te llega la alerta
y no puedes soñar.

Solo entonces, y sólo quizá
me tomes la mano y empezemos a andar
con el corazón en la otra,
andar de verdad.

viernes, 18 de marzo de 2011

Pensándolo bien

Estoy convencido. Hay muchas cosas que merecen la pena. Muchísimas. No me refiero a enormes cantidades de dinero, coches de lujo, modernas mansiones o tonterías similares. No. No son esas cosas las verdaderamente importantes, aunque quieran hacérnoslo creer. Lo importante es otra cosa. Pequeños detalles. Grandes alegrías. Aunque a veces nos hace falta un empujón para darnos cuenta, pero sin duda, debemos disfrútarlas más a menudo. Veamos qué se nos ocurre, empiezo yo...

La arena caliente de la playa sobre las plantas de los pies.
El amor de los padres, único e incondicional, más de lo que crees.
Una sonrisa sincera en un día perdido.
Un susurro en el oído que te aleje del vacío.
Los abrazos de verdad, con el cuerpo entero.
El brillo de una mirada enamorada.
Un paisaje sobrecogedor en un viaje en autobús.
Observar el Sol naranja cruzando el horizonte.
Una melodía tocada con sentimiento.
Una canción cantada desde el corazón.
Creerte perdido y encontrar el camino.
La brisa en la cara cuando crees no poder más.
Los amigos que te dicen la verdad.
Aprender a pedir perdón.
Perdonar. Ser perdonado.
Levantarse una vez más cuando te veas vencido.
Una mano que te ayude a ponerte en pie.


... Faltan muchas cosas, demasiadas.

¿Por ejemplo?

martes, 8 de marzo de 2011

Ocurre que a veces

De repente y sin querer
me subo a las nubes, me lleva el viento
y atravieso mareas, con el amanecer de fondo

Pero ocurre que a veces
de repente atardece y me descubro cayendo
inerte, absorbido por el vacío
Una gota de lluvia rodeada de semejantes
con vértigo en el cuerpo
y la mirada apagada, como el que no mira nada

Y ya por la noche me golpea el suelo
de la Ciudad Realidad y me absorbe un río común
que me arrastra contra mi voluntad

Y es justo entonces, cuando todo está perdido
cuando te pierdes aún más, nadie te viene a rescatar,
y se para el río y se estancan sus aguas, contigo dentro

Ya sólo queda esperar a que al Sol le apetezca salir de nuevo
y sólo te preocupa pensar en volver a la nube
de donde nunca debiste bajar.

Un día

Un día como hoy
me despierta el crepúsculo,
la suave brisa primaveral meciendo las hojas
un susurro de tu boca que se mece en mi oído
suavemente, como el Sol cuando emerge sobre el horizonte

Otros días, como hoy
me despierta la tempestad,
rugiendo mareas que golpean en mi ventana
como si no hubiese mañana.
Me despierta en invierno de tus labios sellados
de los que no sale ni el vaho
por temor a naufragar.

Hoy

Hoy navego en el desorden, consecuencia del olvido.
Y me olvido del desorden y navego.
Hacia ningún sitio