-¿Y tú, qué crees? - Me preguntó, tras largos minutos de silencio.
-¿Yo? Sinceramente, ya no se qué creer. Hemos dado tantas vueltas en este tiempo… Subidas, bajadas, días mejores y peores, alegrías y tristezas. Demasiadas. Cambios repentinos, pasé de estar arriba, tocando el cielo, a darme de bruces contra el suelo, y justo cuando empezaba a remontar el vuelo, me estrellé de nuevo. Me pregunto si esto es así, si tiene que ser así porque no queda más remedio, porque le pasa a todo el mundo y es lo normal, o si más allá de sus dominios hay algo más, algo perfecto, sin fallos, sin errores…
-Eso es imposible. Te empeñas en buscar la perfección, cuando tú no eres perfecto.
-¡Pero podría serlo! Puedo mejorar, lo sé, y estoy en ello.
-¿Y para qué quieres mejorar? ¿Para ser más feliz? ¿Para estar a la altura de la perfección? ¿De verdad crees que puedes llegar tan alto?
-Puedo llegar tan alto como me proponga
-Sí, eso es verdad, y admiro tus ganas de superación. Pero si te sigues exigiendo tanto, acabarás por explotar, y más si nunca pones manos a la obra. Además, una cosa es querer superarte, y otra la perfección. No tiene nada que ver.
-Creo que llevas razón. Quizá la perfección sea inalcanzable, pero me ayuda a establecer un objetivo por el que luchar y esforzarme. Por el que ser mejor.
-Eso es. No puedes olvidar que lo verdaderamente importante, es esforzarte por y para ti. No para recibir una recompensa externa, tome la forma que tome. No puedes exigir más a los demás cuando tú tampoco lo das. Ni para rellenar huecos que son tuyos y que te corresponde a ti ocupar. Acabarás agotándola a ella y a ti mismo.
-Vaya, no lo había visto de ese modo. Entonces, ¿qué debo hacer ahora?
-Yo no lo sé, no tengo todas las respuestas. Recuerda que estás hablando contigo mismo. Sólo te cuento lo que ya sabes. Lo que a veces olvidas. Debes esforzarte por recordar lo que sabes, y aprender lo que desconoces. Pero poco a poco y en su justa medida.
-Gracias, lo intentaré.
-Y no te olvides del presente, disfruta, despéjate, te ayudará a verlo más claro. Te lo digo por experiencia...
Aun cuando lo das todo exigir más a los demás suele ser un camino hacia la frustración sin via de regreso... Lo mejor es, como dices, hacer las cosas por ti, para ti... Sin esperar nada de nada, dar por dar sin esperar recibir nada a cambio :)
ResponderEliminarel presente..., ese gran desconocido!
ResponderEliminarBesos
No creo en lo perfecto, creo en lo perfectible...y ese es el camino, la aspiracion a la perfeccion es lo que nos hace seguir...
ResponderEliminarGracias por tus palabras...maravillosas siempre